Elegir los temas del blog
A veces siento la necesidad de escribir algo en este blog, pero de una forma difusa e insustancial, vaga o borrosa, sin un tema concreto sobre el que dirigir mis pensamientos. Hoy es uno de esos días.
Me ocurre a veces que cuando me siento delante del ordenador parece como si me picaran los dedos intentando escribir algo, expresar alguna idea u obligarme a pensar. Me pierdo en cientos de lecturas que tengo dispersos por esos mundos de Internet, nuevos posts, nuevas ideas ─o incluso las mismas, pero presentadas de nuevas maneras─. Poco a poco se van agotando los borradores sobre los diferentes temas que he ido acumulando durante la racha maníaca de todo es interesante para el blog y este es uno de esos días de descartes.
Me canso.
Como decía antes todo esto va en rachas: días en que se te ocurren varios temas e inicias varios borradores, aunque sea con poco más que un título y una lista de posibles líneas de argumentación. En otras ocasiones, la racha es todo lo contrario, no aparece ningún tema lo suficientemente interesante y rebuscando entre los borradores son más los descartados y borrados ─valga la rebuznancia, que para algo es un borrador─. Siendo éste un blog personal, sus vaivenes se acompasan con los temas que me emocionan en un momento dado. Cuando algo deja de hacerlo y mi interés decae, la cosa empieza a flojear en el índice de entradas.
En la mayoría de las ocasiones no es porque eso de lo que he venido
escribiendo haya dejado de ser interesante, sino porque tengo la
sensación de que ya he dicho todo lo que podía decir de ese «algo» sin
resultar pesado. O porque el tema me parece demasiado sencillo o banal
como para dedicarle una entrada. En este caso, con frecuencia, me
encuentro con posterioridad con algún artículo sobre el tema y pienso
que podría haberlo escrito yo unos días, semanas o meses antes y no lo
hice no sé muy bien por qué. Por ejemplo, ayer mismo vi un artículo
sobre conky en el blog-podcast del Atareao ─uno de los sitios por
Internet que merece la pena seguir─. Estuve toqueteando conky
días
antes y pensé que a lo mejor podría escribir contando mi experiencia
sobre la configuración de mi escritorio, igual que hice con awesome
,
pero al final lo descarté considerándolo de poco interés ─por sencillo
de hacer─, que lo dejé pasar.
Hay cosas que no sé si serían interesantes. Me he puesto ventanas sin
marco ni título, poniendo barras de estado con powerline
y
configurando todo para hacerlo práctico a la par que estético.
También he descartado otros artículos sobre la configuración de
powerline
, una herramienta para ornamentar las líneas de estado de
aplicaciones habituales. Supongo, que habiéndome costado tan poco
trabajo el hacerlo, mi sensación de esto es de perogrullo vence mi
primaria necesidad de explicarlo todo. Que también puede ser
interpretada como el mira lo que sé hacer y tú no, un tanto
soberbio.
También se me han acabado las ganas de escribir sobre las bondades del Software Libre. Y no es porque no crea en ellas o esté desencantado de él, es que ya las he enumerado muchas veces. Mi época de talibán fue hace muchos años ya. Entiendo que a mucha gente que acaba de llegar a este mundo del SL, le llame el alzar las banderas y cerrar filas al rededor de una buena causa. Olvidando que la gente tiene derecho a utilizar la herramienta que quiera.
Y así pasan los días sin escribir en el blog por falta de temas y por descarte de los que en su día me parecieron interesantes. En estas estoy, esperando otra racha de temas que traer al blog en otro arranque maníaco de contenido bloguero.
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