Cómo ayudar a los niños a enfrentarse al «cyberbullying»
En este artículo pretendo dar unas nociones básicas de cómo ayudar a los menores que están sufriendo cyberbullying. En general, hablaré sobre el acoso, pero en los últimos años el acoso que antes se quedaba en la calle viaja en el bolsillo de nuestros hijos.
¿Qué es el Cyberbullying?
El Cyberbullying es la utilización de herramientas de comunicación basadas en Internet o telefonía móvil para acosar a otra persona. Suelen considerarse varios tipos de acciones, como el envío de mensajes acosadores o hirientes, publicación de fotos o vídeos en redes sociales, difusión de rumores difamantes en Internet o en grupos de aplicaciones de mensajería.
El Child Mind Institute en un artículo lo define como:
Cyberbullying is the use of digital-communication tools (such as the Internet and cell phones) to make another person feel angry, sad, or scared, usually again and again. Examples of cyberbullying include sending hurtful texts or instant messages, posting embarrassing photos or video on social media, and spreading mean rumors online or with cell phones.
Pautas para el primer momento
Para los adultos, los padres, suele haber un shock emocional cuando descubren que su hijo o hija sufre acoso. Es posible que la primera reacción al enterarse sea tomar represalias sobre esos hechos y se olvidan de lo más importante: ayudar al menor a desactivar la situación, a protegerse a sí mismo y a buscar soluciones racionales que ayuden a detener ese acoso.
Es difícil mantener la calma cuando afecta a uno de nuestros hijos, tenemos que reaccionar. Pero lo más seguro es que sin estar preparados para enfrentar estos casos, nuestra reacción sea desproporcionada, a destiempo e incluso contraproducente cuando caemos en la sobreprotección. ¿Qué podemos hacer?
- Lo primero es mostrar nuestro apoyo incondicional al menor. Lo queremos, hay que hacérselo saber.
- Ayudar al menor a mantenerse alejado de los medios electrónicos por el que le llega el acoso. Ayudar, no prohibir. Podemos organizar actividades paralelas: realizar con él juegos analógicos, ayudarlo a desinstalar las aplicaciones que pueden molestar, etc.
- Si se puede identificar a los acosadores y son menores también, puede considerarse la opción de hablar con los padres. Considéralo, pero ten en cuenta que este tipo de encuentros si no se saben manejar terminan normalmente en un cruce de reproches que no arreglan nada o incluso pueden empeorar la situación.
- Valora ponerte en contacto con el Centro Educativo de tu hijo o hija. Aunque sólo tengas referencia de acoso online, es posible que sea una extensión que se arrastra desde otras situaciones como la escolar.
Muchas veces los chicos no cuentan que están sufriendo acoso. Algunas veces es por vergüenza, pero en muchas ocasiones es por miedo a empeorar la situación involucrando a los adultos. La mayoría de los acosos pasan desapercibidos, por ello, para los padres. Tanto es así que si los padres llegan a enterarse de una de estas situaciones es que el problema será lo suficientemente importante como para intervenir.
Intervenir no significa entrar como un elefante en una cacharrería. Intervenir significa comenzar por recabar cuantos más datos, mejor. Tenemos que hablar de la situación con nuestro hijo, pactar las acciones que vamos a tomar y elaborar un plan de acción conjunto. Dejar que nos exprese sus temores y miedos sobre las consecuencias y aclararle el alcance de las acciones para que la defensa sea eficaz.
Uno de los objetivos que suelen tener los acosadores es aislar a la víctimas para que no reciban ayuda. Es una buena idea animar al menor a buscar el apoyo de compañeros, porque puede convertirse en una defensa eficaz.
Pautas que debemos explicar y pactar con nuestros menores, según el Children Mind Institute son las siguientes:
- Apagar el móvil o el ordenador. Hay que ignorar los ataques y otra opción si se quiere mantener el uso de esos dispositivos es desinstalar las aplicaciones por las que llega el acoso, o bloquearlas.
- No responder ni tomar represalias. Normalmente cuando contestamos en caliente podemos decir o hacer cosas de las que más tarde nos arrepentimos. Normalmente los acosadores buscan obtener una reacción de nosotros, es lo divertido de acosar. No les demuestres que su plan ha funcionado.
- Bloquear al acosador. Muchas de las aplicaciones que utilizamos tienen herramientas para bloquear cuentas de las que no queremos tener conocimiento. Si no puedes hacer eso, borra esos mensajes sin leerlos.
- Guarda e imprime los mensajes de acoso. Si la situación se alarga en el tiempo, guarda la evidencia porque lo necesitarás para mostrárselo a padres y maestros, para denunciar la situación.
- Cuéntale todo a un adulto de confianza. El adulto de confianza no tiene por qué ser uno de los padres. El adulto de confianza será aquél en el que confíe el menor porque considere que lo escuchará y que tiene las habilidades, la predisposición y la autoridad para ayudarlo. Revelar esta situación a un adulto no es chivarse, es defenderse.
Hay que tener en cuenta además, que si existen amenazas reales contra la seguridad del menor, hay que interponer denuncia en la comisaría más cercana.
Estrategias positivas
En las situaciones de acoso las reacciones que conllevan peores resultados son las que terminan en confrontación y los mejores las que señalan la situación en su justo término.
Nuestra obligación es enseñarle a nuestros hijos que construir un mundo y una sociedad seguros es responsabilidad de todos. Hay que darles herramientas para que, por ejemplo:
- denuncien también las situaciones de acoso que presencien,
- que censuren comentarios crueles en redes sociales,
- a no enviar fotos humillantes si las reciben,
- no reír las gracias que impliquen falta de respeto o sean humillantes para otros,
- ...
Así, entre todos podremos detener episodios de crueldad que de otra forma hubieran ido magnificándose como en una gran bola de nieve.